Los edulcorantes artificiales o sustitutos del azúcar
Son sustancias que se utilizan reemplazando la sacarosa (azúcar de mesa) para endulzar alimentos y bebidas. Su poder edulcorante es mayor que el del azúcar, por lo que se necesitan menos cantidades, y su valor calórico es mucho menor, por lo que de entrada parecen muy interesantes para la pérdida de peso y la diabetes.
De manera intuitiva, elegimos endulzantes artificiales no calóricos en lugar del azúcar para perder o mantener el peso, así como sustituto para las personas con restricción de azúcar. El azúcar proporciona una gran cantidad de carbohidratos de rápida absorción, lo que conduce a una ingesta energética excesiva, aumento de peso y diabetes.
La evidencia científica indica que el sabor dulce de estos edulcorantes podría iniciar a comer otros alimentos dulces. Aunque nuestro cuerpo no los absorbe, al comerlos se activa el circuito cerebral de recompensa que nos engancha a ese sabor. Esto hace que nuestro cuerpo genera una respuesta placentera porque el edulcorante es percibido como energético (cuando en realidad no tiene calorías). Esta percepción era útil para sobrevivir hace miles de años, pero en nuestros días, si se edulcora con frecuencia con estas sustancias se corre el riesgo de generar una dependencia por lo dulce.
También el uso excesivo de estos edulcorantes puede provocar posibles cambios en la microbiota bacteriana que pueden elevar el nivel de azúcar en sangre, alterando el metabolismo de la glucosa por lo que se debe evitar el consumo frecuente.
Fuentes:Yang Q. Gain weight by "going diet?" Artificial sweeteners and the neurobiology of sugar cravings: Neuroscience 2010. Yale J Biol Med. 2010;83(2):101-108.Suez, J., Korem, T., Zeevi, D. et al. Artificial sweeteners induce glucose intolerance by altering the gut microbiota. Nature 514, 181–186 (2014). https://doi.org/10.1038/nature13793